Suspensión vs Tracción
Actualmente, los Cursos de Preparación al Parto son seguidos por la mayoría de las embarazadas; la etapa perinatal (embarazo, parto y postparto) ha pasado a formar parte de la salud pública. Y aunque son muy completos en la mayoría de los aspectos, desde mi punto de vista, la parte biomecánica es ampliable.
Con parte biomecánica de la preparación al parto me refiero al trabajo que hacen las futuras mamás con sus cuerpos para prepararlos de cara a los cambios propios del embarazo y de cara al día del parto.
Es fundamental que durante los meses de embarazo, el trabajo corporal que haga la mamá vaya enfocado a conseguir las 2 claves biomecánicas para una dilatación completa: la flexión libre de las caderas y la (sensación de) separación de los isquiones; podéis leer más sobre esto en este otro post sobre las tres posturas favoritas para dilatar el día del parto.
Una vez trabajado esto durante las semanas correspondientes, habremos preparado al cuerpo para el día del parto y con ello me refiero sobre todo al momento de la dilatación.
Cuando hago las preparaciones al parto en la Consulta, me gusta insistir en que la dilatación es una parte clave del parto. Es cierto que el expulsivo (suele durar menos de 1 hora) es el momento más delicado de éste, pero por ello, en ese punto la mamá tiene a todo el equipo sanitario con ella; sin embargo, durante la dilatación (suele durar 8-10 horas), está sola la pareja, es decir, tienen que apañárselas ellos solos, buscar sus posturas para favorecer que la dilatación sea completa y garantizar así un parto normal.
Para ello habremos tenido que, como decíamos arriba, preparar al cuerpo en la flexión libre de caderas y la apertura de isquiones y haber practicado las posturas de dilatación para tenerlas mecanizadas (ese día, con los nervios y el dolor, cuantas más cosas mecanizadas, mejor 😉
En este artículo, quiero profundizar en un concepto biomecánico básico de cara a las posturas de dilatación y es la diferencia entre suspensión y tracción.
Hoy en día, en muchos hospitales y salas de dilatación hay unas cuerdas que se utilizan para las suspensiones. La suspensión es una postura tremendamente útil para favorecer la dilatación: la mamá se “cuelga” (ya sea de una cuerda, de una barra o del cuerpo del papá) y favorece así la “retirada” del útero y la dilatación.
Pero es muy fácil y frecuente que con el dolor y el cansancio propios de ese día, la mamá no se suspenda sino que traccione con sus brazos. Esto lleva a su músculo dorsal ancho (que va desde los brazos a la pelvis) a contraerse en lugar de estirarse y por tanto a cerrar la pelvis (los isquiones) en lugar de abrirla.
Y es aquí donde se detiene la dilatación y lo que podría haber sido un parto normal pasa a necesitar medicación para dilatar y el resto de intervenciones.
Por eso es imprescindible practicar las posturas de dilatación e integrar y mecanizar el gesto de la suspensión y aprender a distinguir la diferencia entre suspensión y tracción.
Os muestro algunas fotos que espero, os sirvan de guía, pero nunca de sustituto de la práctica 😉
Y si estáis leyendo este post porque os estáis preparando para el día del parto, ánimo y que resulte un día muy feliz.