El acúfeno o tinnitus es la percepción de sonido sin que haya fuente sonora exterior, es decir, el paciente describe oír un ruido de manera constante o espontánea sin que provenga del exterior
Están descritos acúfenos de todo tipo: zumbido, silbido, pitido, arenilla, taponamiento, como un insecto, como una corriente de aire, etc. Aunque puede acompañar al paciente todo el día, cobra mayor intensidad durante los momentos de silencio exterior, normalmente cuando el paciente se va a dormir.
En la mayoría de los casos no se conoce la causa de la aparición del acúfeno y eso dificulta su tratamiento. Uno de los consejos que nos darán será el de “distraer” al oído con ruido blanco o la radio en los momentos que lo percibamos como puede ser al irnos a dormir. Si el acúfeno es de origen mecánico, por bloqueo de la articulación temporomandibular (ATM), la fisioterapia y osteopatia pueden ayudar en su tratamiento.
Normalmente el desgaste del cartílago de la rótula se produce por un roce o fricción excesiva de la rótula contra la articulación femorotibial. Si la rótula no está bien alineada en su corredera o está demasiado presionada contra la articulación (por un cuádriceps muy tenso), se irrita su cartílago y si esto se mantine en el tiempo, acaba desgastandose.
La condromalacia rotuliana es la irritación y degeneración del cartílago de la rótula. En función del grado de desgaste del cartílago, se clasifica en grado I a IV, de menor a mayor.
Dolor en la zona frontal de la rodilla durante el movimiento. Si está muy irritado, también puede presentar dolor en reposo.
La degeneración del cartílago es irreversible y el cartílago no se recupera. Pero la condromalacia pude mejorar mucho con el reposo y la rehabilitacion.
Las causas del dolor de rodilla o gonalgia más habituales son: traumáticas por rotura o esguince de los ligamentos laterales o cruzados o del menisco; degenerativas del cartílago rotuliano o femorotibial; artrósicas.
Los ligamentos colaterales o laterales (interno o externo), los ligamentos cruzado anterior o posterior, el ligamento rotuliano, meniscos, cartílago rotuliano o femorotibial o las estructuras óseas de fémur (habitualmente los cóndilos), o tibia (mesta tibial)
Todos los términos corresponden a tendinitis de codo. Si la tendinitis es del lado externo (musculatura extensora), se trata de una epicondilitis o codo de tenisita y si el tendón inflamado es del lado interno, es una epitrocleítis o codo de golfista.
Las causas suelen ser mecánicas, es decir, el tendón epicondíleo se inflama por un uso excesivo o movimientos repetitivos del antebrazo (atornillar, peinar, deporte de raqueta, etc.) o por una sobrecarga de los músculos del antebrazo.
La epicondilitis es la inflamación del epincóndilo, en la inserción del tendón de la musculatura epicondílea.
El síntoma más característico es el dolor en la zona del codo, por su lado externo. Suele comenzar con dolor al movimiento pero si se agudiza, acaba doliendo en reposo también. Y no solo el codo, sino hacia arriba y abajo del mismo.
Sí se puede. Como cualquier otra tendinitis, su tratamiento va a consisitir en desinflamar y recuperar el tendón epicondíleo.
Las causas de la fascitis plantar suelen ser mecánicas: mala amortiguación del calzado, mala pisada (mal reparto de fuerzas al cargar el peso), sobrecargar del tejido (por sobrepeso); sobre estimulación de los músculos que se insertan en ella (tríceps, flexor de los dedos,…)
La fascitis plantar es la inflamación de la fascia del pie, una especie de suela de tejido aponeurótico.
Su inflamación provoca fuerte dolor al apoyar el pie y aunque puede doler en reposo, es más habitual que suceda cuando cargamos el peso en el pie.
Sí, se curan en la mayoría de los casos, aunque en ocasiones pueden llegar a ser muy rebeldes. El tratamiento va a ir encaminado quitar tensión a la fascia plantar con reposo relativo, plantillas que amortigüen y redistribuyan la carga y rehabilitación.
La lumbalgia puede tener muchas causas y el éxito del tratamiento residirá en discernir la causa o estructura afectada en cada caso. Una vez detectado si se trata de una lumbalgia provocada por una desequilibrio en las articulaciones vertebrales, músculos, raíces nerviosas, etc., se valorará el tratamiento más adecuado: farmacológico (analgésico), rehabilitación (fisioterapia), quirúrgico (infiltración, bloqueo o cirugía), etc.
No, no lo es. La lumbalgia es el dolor en la parte baja de la espalda que en algunos casos puede provocar irradiación del mismo a la pierna (sobretodo cadera, parte lateral de la rodilla y tobillo) pero nunca al pie. Suele ser inconstante y mejorar con el reposo, estiramientos o masaje. Sin embargo, la ciática suele provocar un dolor neuropático, tipo un cordón que recorre la pierna hasta el pie, de forma casi constante, incluido por la noche.
La lumbalgia es el dolor en la zona lumbar (parte baja de la espalda). Puede ser debido al sufrimiento de varias estructuras: bloqueo vertebral, pinzamiento por hernia o atrapamiento del plexo lumbosacro, contractura muscular (glúteos, masa común, paravertebrales, etc.), irritación ligamentosa, etc.
Pueden ser de origen cervical? Efectivamente los mareos o vértigos suelen tener varias causas: tensionales, de oído interno o cervicales. Cuando se trata de estos últimos, los de origen cervical, están provocados por el bloqueo de las vértebras cervicales y su unión en el cráneo.
Sí y suelen tener una evolución muy favorable. Siempre va a depender de la gravedad y del tiempo que lleve el paciente sufriéndolos pero con fisioterapia (osteopatía o miofascial) suelen tener muy buena evolución.
La principal causa de la tendinitis rotuliana es la sobrecarga del tendón rotuliano por un uso excesivo de él, normalmente flexoextensión de la rodilla. También es habitual que se inflame por un desalineamiento de la pierna, mala pisada o una sobrecarga del músculo cuádriceps
El tratamiento siempre será necesario que sea individualizado, en función de la clínica de cada paciente pero habitualmente consistirá en: reposo de la rodilla, AINES, frío y fisioterapia. Respecto a la fisioterapia podrá consistir en: descargar musculatura de la pierna, punción seca, trabajo excéntrico, reequilibrio agonista-antagonista, movilización y estabilización de la musculatura de la rodilla, movilización de cadera y pie.
Es la inflamación permanente del tendón rotuliano del cuádriceps, habitualmente por una sobrecarga del mismo.
Las causas suelen ser mecánicas, es decir, el tendón pelvitrocantéreo se inflama por un uso excesivo (movimientos repetitivos de la cadera); por una tensión excesiva de los músculos pelvitrocantéreos (glúteos, piramidal, géminos, etc.); por una incorrecta alineación de la pierna o pisada; etc.
La trocanteritis es la inflamación de la inserción de la musculatura pelvitrocantérea en el trocánter, hueso que forma parte del fémur y podemos palpar en la cadera.
Suele generar dolor en los laterales de la cadera tanto con la actividad, como con el reposo. Es muy habitual que duela por la noche, al dormir de lado.
Sí se puede. Como cualquier otra tendinitis, su tratamiento va a consisitir en desinflamar y recuperar el tendón pelvitrocantéreo.
Cuando pared abdominal está muy tensa, “aprieta” las vísceras las unas a las otras y no permite su libre funcionamiento. La fisioterapia visceral y la inducción miofascial son grandes aliados para el tratamiento de la tensión visceral de la zona abdominal porque facilitan la relajación de la pared abdominal.
Es muy frecuente que el paciente con tensión muscular en abdomen presente dolor en la zona en forma de espasmo o pinchazo. Puede ir asociado a cólicos menstruales en caso de las mujeres o digestivos.
Es el dolor que sufren algunas personas en la zona abdominal que no se debe a causas viscerales (estómago, intestino, etc.), sino a un exceso de tono en la musculatura abdominal: recto del abdomen, oblícuos, transvervo, etc. Al contracturarse esta musculatura, entorpece el correcto funcionamiento de estas estructuras provocando dolor en la zona.