Síndrome de la ATM
BLOG LUCÍA VILLAFAÑE

El síndrome de la Articulación Temporo Mandibular (ATM)

En el siguiente artículo vamos a profundizar en los diversos síntomas con los que puede cursar el síndrome de la ATM, con el fin de poder reconocerlos y ponernos en tratamiento. Al ser síntomas tan diversos, muchas veces no los relacionamos entre sí, como podría ocurrir con un dolor de cuello, un pitido en un oído y una tos seca recurrente. Pero puede darse el caso de que todos ellos pertenezcan al mismo cuadro del síndrome de la ATM.

Antes de entrar en detalles sobre la sintomatología del síndrome de la ATM, es importante saber que cuando nos referimos a éste, no nos estamos circunscribiendo únicamente a la mandíbula. Debemos tener en cuenta además, el cuello y el cráneo. En muchas ocasiones, los síntomas o la causa del síndrome de la ATM está en estas estructuras y su tratamiento resulta por tanto, imprescindible.

Afortunadamente es cada vez más frecuente reconocer los síntomas asociados a la patología de la ATM. En la última década hemos asistido a una familiarización importante con estos síntomas. Son muchos los dentistas, otorrinos, neurólogos y traumatólogos que derivan a sus paciente a tratamiento de fisioterapia para el síndrome de la ATM.
Aunque es cierto que el síntoma más frecuente es el bruxismo, del que hablaremos más adelante, hay muchos otros que merecen la pena destacar con el objetivo de que sean detectables por aquellas personas que los padecen:

  • bruxismo: «apretar o rechinar los dientes», normalmente durmiendo o en situaciones de estrés. Si el paciente no es consciente, puede valorarlo si se despierta con la musculatura de la mandíbula cansada. Otra huella que deja el bruxismo son unas marcas en el borde de la lengua (la impronta de los dientes sobre ésta).
  • bloqueo o chasquido de la mandíbula: al comer algo grande (bocadillo, manzana, hamburguesa, etc.), al reír, al mantener la boca abierta (en el dentista, por ejemplo).
  • cefaleas: de diferentes tipos como en forma de casco, patilla de gafa, sienes, zona frontal,…
  • dolor de cuello: a nivel suboccipital o cervical que puede ir acompañado en ocasiones de bloqueo o tortícolis.
  • dolor retrocular: muy habitual, un dolor en la cuenca del ojo, o bien por detrás de éste o en la zona de la ceja. Lo provoca el músculo pterigoideo externo que une el menisco de la ATM con el cráneo y se sitúa justamente debajo del ojo.
  • acúfenos o pitido en los oídos: muy frecuente. El paciente refiere diferentes sonidos dentro del oído, tales como pitidos, crujidos, arenilla, zumbido, taponamiento, sensación de líquido, etc.
  • tensión en garganta y tos crónica: en ocasiones, si la disfunción de la ATM implica a la musculatura suprahioidea (debajo de la barbilla) tales como el milohioideo, digástrico, etc., se puede generar una tensión en la fascia torácica anterior y producir una tensión en la parte anterior del cuello y un picor recurrente que obliga al paciente a toser para aliviarlo.
  • disfagias o alteraciones al tragar por el mecanismo descrito anteriormente.
  • dolor de dientes: no en uno en concreto, sino en fila.
  • cambio en la oclusión de los dientes: algunos pacientes refieren que sus dientes de arriba y de abajo (maxilar y mandíbula) han dejado de encajar y chocan. Es fácil porque los dientes sufre constantemente ajustes en su posición, pero si existe mucha tensión, pueden perder el equilibrio y dejar de tener una buena oclusión.

La fisioterapia supone una herramienta de incalculable valor en estos casos porque permite abordar el tratamiento de manera global y causal. No quedarse en el síntoma sino trabajar desde la causa que desencadenó el síndrome de la ATM.

No obstante, en un cuadro de dolor de la ATM resulta fundamental trabajar de manera multidisciplinar entre todos los profesionales: fisioterapeutas, dentistas, ortodoncistas, otorrinos, neurólogos, traumatólogos, foniatras, etc.

Lucia Villafane